
Un nuevo libro sostiene que el cambio en la historia de la humanidad antigua se definió por conexiones, no por civilizaciones en pugna.
El llamado pensamiento civilizacional —dicotomías entre Oriente y Occidente, musulmanes y cristianos— conduce a malentendidos, creencias extremistas y actitudes de “nosotros contra ellos”, sostiene Josephine Quinn, profesora de historia antigua en la Universidad de Cambridge, en How the World Made the West.
Quinn basa su argumento en notables intercambios interculturales que cambiaron la historia, como los árabes en Asia Central que corrigieron el trabajo de los astrónomos griegos, o los soldados romanos que usaron especias del sudeste asiático.
El libro refleja un creciente consenso entre historiadores y arqueólogos de que “la globalización es tan antigua como la humanidad misma”, escribió una reseña de Foreign Policy.
Traducido de SEMAFOR