Las armas autónomas se utilizan cada vez más en combate.
El ejército de Ucrania empleó drones impulsados por inteligencia artificial para atacar objetivos rusos, Estados Unidos trabajó con sistemas de IA para identificar objetivos en Siria y Yemen, y las fuerzas de Israel utilizaron la inteligencia artificial para etiquetar a presuntos militantes palestinos.
Solo Estados Unidos tiene más de 800 proyectos de defensa relacionados con la IA en trámite, y los diplomáticos y fabricantes dijeron que la tecnología ha llegado a su «momento Oppenheimer«, en referencia al desarrollo de la bomba atómica en la Segunda Guerra Mundial.
«Existe el riesgo de que con el tiempo veamos a los humanos ceder más criterio a las máquinas», dijo un analista a The Guardian.
Traducido de SEMAFOR