China endureció los controles a la exportación a Estados Unidos de algunos materiales para la fabricación de chips, lo que aumentó aún más las tensiones tecnológicas y comerciales.
Washington ha intentado durante años frenar el progreso tecnológico y el desarrollo de la inteligencia artificial de Pekín limitando su acceso a semiconductores de última generación.
China ha respondido en los últimos meses reduciendo las ventas de materiales críticos: las últimas restricciones involucran galio, germanio, antimonio y otros.
Las tensiones están aumentando antes del regreso al poder del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que ha prometido fuertes aranceles a las importaciones chinas, lo que aumenta el espectro de una renovada guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo.
Ese es un riesgo particular para China, que ya enfrenta una desaceleración del crecimiento y una enorme carga de deuda.
Traducido de SEMAFOR