
El presidente de El Salvador, Bukele, que construyó la prisión más grande del mundo como parte de su dura ofensiva contra el crimen, es visto en Washington como un aliado clave en Centroamérica, donde el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, ha estado promoviendo esta semana el enfoque duro de la Casa Blanca contra la migración.
Rubio está presionando a los países regionales para que acepten a los migrantes deportados de otras naciones, un enfoque que los gobiernos de derecha en otros lugares han intentado: la semana pasada, un tribunal de Italia bloqueó el intento del gobierno de procesar a los solicitantes de asilo en Albania, mientras que el gobierno anterior del Reino Unido fracasó en su intento de transferir su proceso de asilo
a Ruanda.
Traducido de SEMAFOR