
El número de muertos por el terremoto del viernes en Myanmar ha ascendido a más de 1.600, ya que las réplicas y la guerra civil complicaron las labores de socorro.
El régimen militar del país reanudó algunos ataques poco después del terremoto, mientras que el principal movimiento de resistencia declaró un alto el fuego temporal en las zonas más afectadas.
El desmantelamiento de la ayuda exterior por parte del presidente estadounidense, Donald Trump, ha obstaculizado la respuesta internacional; han llegado rescatistas de China, Rusia e India, pero no se espera la llegada de un equipo estadounidense hasta el miércoles, una respuesta mucho más lenta que en circunstancias normales, según informó The New York Times.
«Si no nos presentamos y aparece China, eso envía un mensaje muy contundente», declaró un exfuncionario de USAID.
Traducido de SEMAFOR