Los elefantes más pequeños del mundo fueron declarados una subespecie distinta y se les declaró inmediatamente en peligro crítico de extinción.
Los científicos no se pusieron de acuerdo sobre si los elefantes pigmeos de Borneo (que, lamentablemente, no son tan pequeños, miden unos 2,7 metros, pero son pequeños para los estándares de los elefantes) estaban separados de otros elefantes asiáticos.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza confirmó que sí lo están, lo que significa que la especie pasó directamente a la “lista roja” de animales amenazados: se cree que quedan menos de 1.000 en estado salvaje, ya que su hábitat selvático ha sido devastado por la tala para obtener madera y para las plantaciones de aceite de palma, lo que ha dejado a los elefantes confinados en pequeñas regiones de bosque desconectado en Borneo.
Traducido de SEMAFOR
Los elefantes vivos más pequeños del mundo, en peligro de extinción en la Lista Roja
Una subespecie de elefante recién confirmada ya está en peligro de extinción.
Por James Ashworth, Natural History Museum en phys.org
Los elefantes de Borneo tienen la cara más ancha y el cuerpo más pequeño que otros elefantes asiáticos. Con sólo 2,5 metros de altura, superan por poco al elefante africano de los bosques en el título de elefante vivo más pequeño.
Aunque se les dio nombre por primera vez en 1950, el desacuerdo sobre si estos mamíferos deberían ser una subespecie propia ha limitado la protección que se les brinda. Mientras los científicos debatían la semántica, el hábitat del elefante se ha visto diezmado por la tala de madera y la plantación de palma aceitera, lo que ha confinado a los animales a una pequeña zona del noreste de Borneo.
Una nueva investigación ha confirmado por fin el estatus del elefante de Borneo como subespecie, que ahora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) considera en peligro. Los científicos que llevaron a cabo la evaluación para la Lista Roja, entre ellos la Dra. Cheryl Cheah, de WWF Malasia, esperan que contribuya a impulsar el apoyo a los mamíferos amenazados.
“Como subespecie distinta del elefante asiático, estos animales son exclusivos de la isla de Borneo y forman parte de nuestro patrimonio natural”, afirma Cheryl. “La inclusión de los elefantes de Borneo en la Lista Roja es un paso fundamental para galvanizar los esfuerzos de conservación y dirigir los recursos a las áreas de mayor importancia.”
“Su clasificación como “En Peligro” subraya la urgencia de una acción de conservación colaborativa para limitar los conflictos entre humanos y elefantes y evitar una mayor pérdida y fragmentación de su hábitat”.
“Gestionar eficazmente ambas cuestiones será crucial para salvaguardar su supervivencia futura”.
Vivek Menon, presidente del Grupo de Especialistas en Elefantes Asiáticos de la UICN, añade: “Este taxón de área de distribución restringida nunca había sido incluido en la lista. La evaluación de su amenaza debería estimular su conservación por parte de Malasia e Indonesia, así como dirigir hacia él la atención de la conservación en términos de recursos y ciencia.”
¿Qué tiene de diferente el elefante de Borneo?
Los elefantes de Borneo son una de las poblaciones más aisladas de elefante asiático, ya que viven en el extremo oriental del área de distribución de la especie, en el estado malasio de Sabah, y al otro lado de la frontera, en el estado indonesio de Kalimantan. Históricamente, los elefantes asiáticos se han dividido en tres subespecies: Sumatra, Sri Lanka e India.
Pero el estatus del elefante de Borneo ha sido incierto durante mucho tiempo. Algunos zoólogos sugirieron su pertenencia a la subespecie de Sumatra, mientras que también se habían propuesto otras divisiones. La mayoría de las teorías no han resistido el paso del tiempo.
“Allá por 1950, un científico de Sri Lanka llamado Paulus Deraniyagala describió un montón de subespecies, entre ellas el elefante de Borneo”, explica Adrian. “En aquella época, se aceptaba que cualquier cosa que fuera ligeramente diferente de la especie más amplia recibiera un nombre, algo con lo que hoy tenemos mucho más cuidado”.
“Aunque muchas de estas subespecies no han encontrado apoyo en los últimos 70 años, el elefante de Borneo ha seguido siendo tema de debate. Sentí que era hora de hacer un estudio objetivo que aportara datos concretos al respecto”.
Adrian y un equipo de investigadores se adentraron en las colecciones de museos de todo el mundo para investigar, comparando los cráneos de más de 120 elefantes asiáticos de toda su área de distribución. Entre ellos, más de 30 cráneos del Museo de Historia Natural, incluido el espécimen tipo utilizado originalmente para bautizar al elefante de Borneo.
Su análisis descubrió que las subespecies tienen cabezas más pequeñas y anchas que sus parientes, así como un hueco más estrecho donde estaría el tronco.
“Los elefantes de Borneo son notablemente más pequeños que sus parientes, y es posible que esto pueda ser el comienzo de un efecto isla”, afirma Adrian. “El hecho de que sólo ocupen una pequeña parte de la isla podría influir en ello”.
“Sin embargo, en este momento es muy difícil decir exactamente por qué son más pequeños. No son muy diversos genéticamente, así que también es posible que su genética tenga algo que ver.”
Estudios genéticos anteriores han demostrado que los elefantes de Borneo son distintos de sus parientes asiáticos. Se cree que se separaron de otros elefantes asiáticos en los últimos 300.000 años, pero actualmente se desconoce cómo llegaron a la isla.
Es posible que los elefantes llegaran a Borneo a pie desde el continente cuando el nivel del mar era más bajo que ahora, o que evolucionaran en una isla cercana y fueran importados a Borneo por los humanos.
En cualquier caso, los investigadores creen que las pruebas craneales y genéticas son un argumento convincente para reconocer a estos animales como una subespecie por derecho propio.
Proteger la biodiversidad de Borneo
La denominación del elefante de Borneo como subespecie puede parecer intrascendente, pero repercutirá en el trato que reciben los elefantes. Como subespecie con una historia evolutiva única, ahora hay un mayor impulso para proteger a la población.
Este cambio no podría llegar en un momento más vital. Se cree que sólo quedan 1.000 elefantes de Borneo en libertad, y la investigación del equipo revela que su población ha disminuido drásticamente en los últimos 75 años.
Las causas de este declive son comunes a gran parte de la fauna de Borneo: las plantaciones de aceite de palma y la tala de árboles. La deforestación ha creado pequeños fragmentos de bosque que no son lo bastante grandes para mantener a los elefantes. Como consecuencia, humanos y elefantes entran cada vez más en conflicto, ya que los animales abandonan los bosques en busca de comida.
Abordar estos problemas no será fácil, ya que los gobiernos de Malasia e Indonesia, así como las organizaciones conservacionistas, intentan equilibrar las necesidades de los elefantes con las de la población local. Sin embargo, el equipo confía en que la inclusión del elefante de Borneo en la Lista Roja redoblará los esfuerzos para proteger la subespecie.
“Los elefantes son una especie clave que desempeña un papel crucial en las selvas tropicales, dispersando semillas y haciendo claros”, afirma Adrian. “También necesitan una gran superficie de hábitat, por lo que conservando estos elefantes estaremos protegiendo muchas otras especies, así como el ecosistema en general”.
Los investigadores piden que se protejan los bosques en los que viven los elefantes y se conecten con otros fragmentos de bosque. Esto podría implicar la reorientación de carreteras o la apertura de corredores para la fauna salvaje a través de plantaciones de palma aceitera para que los animales puedan desplazarse.
Junto con el trabajo con la población local para minimizar los conflictos entre humanos y elefantes, el equipo cree que estas acciones contribuirán en gran medida a preservar la subespecie. Las medidas para proteger al elefante de Borneo están a nuestro alcance, pero sólo el tiempo dirá si las tomamos o no.
Provided by Natural History Museum
This story is republished courtesy of Natural History Museum. Read the original story here.