Nuestro sistema solar puede tener un planeta no descubierto, y los científicos propusieron buscarlo utilizando cientos de telescopios pequeños y baratos.
No se han descubierto nuevos planetas orbitando nuestro sol desde Neptuno en 1846, a pesar de los planetas enanos como Plutón. Pero hay indicios de la forma en que se agrupan los asteroides y otros objetos de que podría haber alguna gran fuente de gravedad en los márgenes del sistema solar.
En un nuevo artículo, los investigadores dijeron que por solo 15 millones de dólares, 200 pequeños telescopios de un pie de ancho, dispuestos en un conjunto de 600 millas de largo, podrían observar cualquier estrella que se apague al ser ocluida por el potencial «Planeta X»: los autores dicen que si hay un planeta de tamaño mediano en cualquier lugar de la órbita solar, el sistema debería detectarlo.
Traducido de SEMAFOR
Este artículo habla sobre la posibilidad de que exista un «Planeta X» o un planeta aún no descubierto en los márgenes de nuestro sistema solar, más allá de Neptuno. Aunque no se han encontrado nuevos planetas desde que se descubrió Neptuno en 1846, algunos científicos creen que podría haber otro planeta, posiblemente de tamaño medio, que aún no se ha detectado.
Los investigadores han identificado algunos indicios indirectos que sugieren la existencia de este planeta. Estos indicios provienen de la forma en que se agrupan los asteroides y otros objetos en las regiones más externas del sistema solar. La idea es que la gravedad de un planeta grande en esas áreas podría estar influenciando estos objetos y causando patrones extraños en sus órbitas.
Para buscar este posible «Planeta X», los científicos proponen un enfoque innovador: en lugar de usar telescopios gigantes y costosos, sugieren utilizar 200 telescopios pequeños (de aproximadamente un pie de diámetro, o sea, unos 30 centímetros) que estarían distribuidos en un área de 600 millas de largo. Estos telescopios, relativamente baratos y más accesibles (en total costarían alrededor de 15 millones de dólares), podrían observar cómo las estrellas se oscurecen (se «apagan») cuando son cubiertas u «ocultadas» por el supuesto planeta, que estaría en su camino.
La clave aquí es que si este planeta realmente existe y se encuentra en las regiones más alejadas del sistema solar, la gravedad de ese planeta debería influir en las órbitas de los objetos cercanos. Al observar cualquier cambio en las estrellas (como el oscurecimiento o «ocultación» de una estrella al pasar por detrás del planeta), los telescopios podrían detectar su presencia y confirmar si realmente existe un planeta no descubierto.
El proyecto propone usar una red de telescopios pequeños y económicos para detectar un planeta que podría estar en los confines del sistema solar, ayudando a confirmar la teoría de la existencia de este «Planeta X» mediante observaciones indirectas.